Sleazy Records – SRLP50
Welcome to the club / Sung by someone lonely / The only ghost there is me / Give it, get it / Death of an idol / Cheerleader
There could only one you for me / All my new friends / Heaven isn’t mine anymore / This love ain’t so bad / Big surprise / Into the arms of my baby
La historia de The Bellfuries es fácil de resumir. A comienzos de los 2000 un desconocido texano llamado Joey Simeone, acompañado por los hermanos Horton, sacó un LP de pop producido con una instrumentación minimalista de contrabajo, guitarra acústica y guitarra eléctrica, con muchos ecos de Buddy Holly y el rock´n´roll texano, con alma de rockabilly, trazas de doo wop y destacando la calidad de las composiciones y la voz cristalina de Joey.
Automáticamente las cabezas de un alto porcentaje de la escena 50’s mundial giraron hacia Joey y este disco, poniéndole en un altar que quizá el tipo no buscaba, y colocando a Bellfuries en los más importantes festivales del asunto, convirtiéndose repentinamente en una banda a tener muy en cuenta.
En 2008 Joey sacó su segundo LP, cambiando toda la banda y añadiendo batería, de la que se encargó nada menos que Bobby Trimble. Joey se trabajó la mayoría de las guitarras y el bajo fue cosa de Jeff Seaver, que quedaría como miembro fijo de la banda hasta el final. Ese disco contó también con la colaboración de otro capo como es Tjarko Jeen, y en algún tema incluyó arreglos de cuerda quasi orquestales y también alguna guitarra extra más. La diferencia respecto al primer LP es que el pop de Joey ahora se desataba sin complejo alguno, en un concepto más cercano a los Beach Boys y al Nick Lowe de primeros ochenta que al rockabilly de Buddy Holly. Ese disco, editado sólo en formato CD y titulado Palmyra no lo entendimos nadie.
En USA estas cosas se ven desde otra perspectiva, pero en Europa la banda, aunque siguió funcionando en el circuito de la escena 50’s, fue un poco con calzador, y obviando bastante este segundo LP. Ocho años después Bellfuries sacaron el que sería su último LP, el magnífico Workingman’s Bellfuries, un discazo de composiciones estratosféricas, que sonoramente se situaba a mitad de camino de los dos primeros, y que, sobre todo, contaba con la producción de Jimmy Sutton y su Hi-Style Studio, lo cual sin duda ayudó a canalizar la magia de Bellfuries hacia el público que les aclamó en primera instancia en el cauce adecuado.
Al poco la banda se separó por motivos personales de Joey, aunque estoy seguro que se verán futuras reuniones de Bellfuries, pero mientras tanto quedaba pendiente el tema de PALMYRA, un disco que curiosamente, aunque costó mucho colocar en su día, un vistazo reciente a su cotización en Discogs, le situaba alrededor de los 50 pavos… y era un CD!!!
La justicia llega, aunque suele tardar lo suyo, y 13 años después de su edición original, los malagueños de Sleazy Records se han hecho con los derechos para su edición en vinilo de 12”, incluyendo un bonito inserto con las letras de las canciones y detalles de su grabación.
El disco sigue siento una excelente rodaja de pop, en su más pura concepción, power pop si quieres, con mucha influencia de los sonidos de los 50’s y los 60’s pero fuera de esa trinchera. En realidad, es el tipo de disco que hoy en día debería triunfar al 100% entre el público general que disfruta con la música sin etiquetas, si los criterios tuvieran algo que ver con la calidad en lugar de con la industria del consumo rápido y del encefalograma plano.
Aquí tenemos canciones brillantes de primera división como SUNG FOR SOMEONE LONELY ó WELCOME TO THE CLUB, armonías cristalinas que bien habrían podido entrar en el repertorio de la segunda mitad de los 60's de gente como The Beach Boys, GIVE IT, GIT IT ó HEAVEN ISN’T MINE ANYMORE, o The Beatles, THE ONLY GHOST IS ME ó THERE COULD ONLY ONE YOU FOR ME. También hay retazos de pop con reminiscencias de rockabilly y country como THIS LOVE AIN´T SO BAD, un profundo olor a The Crickets que se acentúa por momentos en temas como BIG SURPRISE y sobre todo en INTO THE ARMS OF MY BABY, y todo ello rubricado por una producción de alto octanaje, a cargo del propio Joey Simeone.
La ilustración de la portada corre a cargo del dibujante de comics e ilustrador, también texano, Tim Doyle, muy en demanda en los últimos lustros por su trabajo en Batman y en Spider Gwen, entre muchos otros, y rubrica un LP que con los oídos de hoy en día, yo lo aprecio de otra manera, seguramente por la madurez que te da el tiempo si dejas que las orejas se eduquen de una manera natural y mantienes cierta inquietud por la sorpresa, de forma que puedo decir que quizá fue un disco adelantado a su época en el mercado donde se quiso colocar, o tal vez que le faltó una producción adecuada para ello.
En cualquier caso, es un disco excelente, más allá de etiquetas ni barreras, conservando intactos los valores, hoy en día perdidos, que cualquier amante de la música hecha con las manos debería apreciar.
Francho Puedes conseguir este LP en www.sleazyrecords.com
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